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| Jun 16, 2023
Cada 17 de junio se celebra el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía con el objetivo de reivindicar y concientizar sobre la importancia del agua, o mejor aún sobre la otra cara: su ausencia. En ese contexto, el riego resulta clave para dar un salto productivo y abastecer la demanda de alimentos frente a las hambrunas pronosticadas por el avance de este fenómeno frente al crecimiento de la población mundial.
La desertificación y la sequía constituyen grandes desafíos ambientales a los que se enfrentan los seres humanos. Por ello, recordar este día declarado por la Organización de Naciones Unidas (ONU), en 1994, permite reflexionar sobre la necesidad de frenar no sólo la degradación de las tierras sino el deterioro general del planeta, que afecta especialmente a las poblaciones más vulnerables.
La desertificación es un proceso que se da en el suelo que hace que se degrade y se transforme en improductivo. Sucede en regiones subhúmedas, semiáridas y áridas, y está causada por la deforestación, la sobreexplotación del recurso y el cambio climático. La sequía, por su parte, consiste en una anomalía transitoria donde el clima afecta la disponibilidad de agua en un determinado período de tiempo para una región.
Se estima que la población del mundo se va a incrementar en 1.700 millones más para el año 2050. El planeta va a tener 9.700 millones de habitantes a los cuales habrá que alimentar. Allí es donde la agricultura tendrá un rol protagónico. Para cubrir ese incremento, será necesario producir un 40% más de alimentos, y eso se tendrá que hacer con una agricultura sustentable y sostenible en el tiempo. “El desafío es dar el incremento productivo, cuidando los recursos y siendo más eficientes”, indicó José Babugia, Gerente Técnico de Valley Argentina.
Valmont se planteó el desafió de repensar y rediseñar herramientas para el futuro. En tal sentido, el pivote tal y como lo conocemos deja ya de ser así y se transforma en un soporte de tecnologías innovadoras que también incorpora la Inteligencia Artificial. Es parte de un camino que venimos transitando desde hacen varios años para ver hecha realidad hoy esta transformación.
La compañía ha invertido fuertemente y el resultado de ello es un producto totalmente innovador y preparado para tal desafío, ha incorporado la energía solar a su portfolio de productos; sintéticamente las características de estas máquinas son: ultra alta velocidad (tiempos de giro cuatro veces más rápido), con sistemas de autodiagnóstico asistidas por telemetría, con control individual de cada aspersor, con el soporte de programas que vinculados a información meteorológica y sensores de humedad de suelo permiten a través de Valley Scheduling tener un diagnóstico de necesidad de riego a 7 días que permiten al productor distribuir exactamente la cantidad de agua y fertilizante que desee. También están equipadas con sensores geoposicionados que capturan imágenes de alta resolución las cuales a través de IA realizan conteos de stand de plantas, presencia de malezas, presencia de insectos, evaluación del daño de insectos, detección de enfermedades y deficiencia de nutrientes. Todo este paquete de tecnología llega a integrarse en la plataforma 365 que hace que cada maquina tenga un aporte en tiempo y posición real con soporte de Inteligencia Artificial para que el productor cuente con el único sistema a campo que trabaja de manera autónoma 24/7.
“Un suelo que puede haber estado degradado, con la práctica del riego, pasa a ser un suelo altamente productivo”, subrayó Babugia y agregó: “ejemplo de esto son los oasis de producción que hay en Argentina, como también en otros países con zonas desérticas”.
Siguiendo a Babugia, “la tecnología tiene una alta receptividad porque el productor argentino es innovador y posee un perfil ávido, sumamente apto y demandante de los avances”. Debe considerarse sin lugar a error que nuestros productores están a primer nivel mundial.
La lucha contra la desertificación se debe dar en un marco integral en donde todo el arco productivo y social del país y la región actúen en conjunto. Prueba de ello en Argentina es el Plan Nacional de Riego.
En esa línea, aseguró: “el manejo de recursos de manera responsable y eficiente con la ayuda de estas tecnologías y políticas adecuadas nos permitirán poder cumplir con la meta de alimentar a 1700 millones más de habitantes para el 2050”, haciendo que el ser humano, recurso más valioso que tiene el planeta sea considerado como primero y más valioso a conservar.
Y concluyó: “el espíritu y la decisión de Valmont están alineados en ese camino”.